Julian Beever


Realidad virtual callejera...
Julian Beever puede hacer aparecer una piscina en pleno centro de la ciudad, en cuestión de horas. También es capaz de llenar de bloques de hielo una vereda para hacer nadar una foca entre ellos, o levantar un cuadrado de baldosas de una peatonal como si se tratara de la tapa de una caja de cartón.
Pero Beever no es un súper héroe ni un mago ilusionista, es un artista inglés que pinta las veredas o el pavimento con una técnica que produce que sus obras se vean en tres dimensiones.

Si se mira un globo terráqueo pintado en la calle por Beever, desde alguno de los costados o desde atrás, se ve estirado y plano, pero ubicándose justo al frente se lo puede ver despegado del piso y convertido en una esfera.
La técnica de este artista se basa en cómo el cerebro distingue las tres dimensiones. La percepción ocurre en base a patrones de luz que impactan en la retina y forman una imagen en la parte de atrás del ojo. Este proceso aprovecha los degradé, la perspectiva, y algunas asunciones implícitas sensoriales, como las que dicen que las líneas paralelas tendrán que converger a la distancia y que los objetos parecen más grandes cuando más cercanos están.

Por eso la mujer que Beever pintó haciendo la plancha dentro de una piscina tiene una pierna extendida hacia arriba si se la mira de frente y desde otro lugar la pierna pierde la proporción viéndose de varios metros, como en realidad es.
